Podría parecer una locura, pero desde hace meses me he estado preparando psicológicamente para enfrentar uno de los posibles eventos físicos más teorizados y controvertidos de la historia: los viajes en el tiempo.
Así, para continuar, debo explicar en mi concepto qué espero y qué no de mi posible viaje en el tiempo —en el futuro.

Para empezar, quiero dejar claro que el futuro sí me interesa, pero no lo anhelo con ansias desmesuradas. Llegará eventualmente.
Mi pasado, a estas alturas de mi vida (y para que quede en el registro: a mis 35 años), no deseo cambiarlo. Evidentemente he vivido lo suficiente para tener una mezcla de momentos bellos y dignos de ser recordados, pero también algunas desgracias de las cuales puedo decir que algunas quisiera olvidar y otras prefiero recordar, solo con el ánimo de tener siempre conmigo algunos sentimientos agridulces que me hacen saber que la vida, por más bella que parezca, no debe parecer siempre un lindo camino adornado de lirios engrandecidos por la simplicidad de la manzanilla y entretenidas por el relajante sonido de carillones de aire cuidadosamente puestos para no interrumpir cualquier rastro de tranquilidad.

Pero como he aprendido que la vida no es un roble firme, sino más bien un bambú que, siendo también fuerte, tiene una flexibilidad mágica, sé pues que en el futuro puedo cambiar de idea y decidir que haya algo que necesite cambiar de mi pasado que, en este caso, sería mi presente.

Así, le estoy dando parte de tranquilidad a mi yo del futuro, que soy yo mismo pero que desconozco por ahora, a que pueda viajar tranquilamente a su pasado que vendría siendo mi presente o quizás mi futuro. El hecho, para no enredar más la situación, es que me he preparado para que si algún día debo viajar al pasado a cambiar o corregir algo, pueda tener la tranquilidad de que yo mismo no voy a estropear el viaje solo por el hecho de verme —más viejo y ojalá más bello— y causar una distorsión temporal causada por la impresión, que hasta ahora parecía inevitable, de tener que hallarse dos cuerpos que son uno mismo, pero en un mismo lugar y momento.

Con amor, yo.

Add Comment

Your email address will not be published. Required fields are marked *